Cita de GirlBiker
Acabo de llegar a casa. Hoy me tocaba una ruta que reservo para los días en los que no amanece muy despejado, así no me alejo mucho y puedo volver rápido a casa si me coje la lluvia. Me hago un circuito de 9 km al que doy 3 vueltas, la subida empieza bastante suave y se va complicando a medida que se hacen km. Me va muy bien para trabajar a pulsaciones bajas.
Al lío. En la bajada de la segunda vuelta, casi abajo del todo hay una curva de izquierdas muy abierta en la que el camino hace un giro de casi 180º, y un poquito antes de llegar hay un atajillo medio trialero con raíces y piedras muy divertido pero cortito, que siempre me gusta hacer. Me meto en el atajo y cuando paso las primeras piedras, me meto en las raíces y justo cuando bajo un pequeño cortado, en un tramo bastante empinado, me encuentro de cara con 2 abuelos con ganas de guerra avisando que vienen ellos, plantándose, para ello, en el puto medio del camino. Como ya sé que por ahí sube gente, normalmente ya voy con cuidado y con una velocidad que me permite parar la bici, hoy no ha sido diferente, cuando los he visto, he bajado la rueda trasera de la raíz y he parado sin problemas. Los abuelos que por lo visto no tenían suficiente ya han empezado a murmurar sus cosas que si vamos muy deprisa, que si vamos como locos, que si patatín y patatán.
Yo he visto que uno de los abuelos no acababa de cruzarse conmigo y de seguir con su paseo pero he pensado, "bueno lo mismo le da miedo que arranque y que le dé un golpe, así que paso con cuidado y con un pie en el suelo hasta que le rebase y pueda seguir tranquila". El cabrón del abuelo lo que estaba haciendo era esperar a que pusiera el pie en el pedal y comenzara a avanzar para meterme un empujón con el hombro en el manillar, con lo que me ha tocado el freno y por poco me voy al suelo de cabeza. La he salvado como he podido mientras le escuchaba reírse y repetir que tenemos que dejar pasar a la gente porque tenemos las de perder. Menudo hijo de puta.
Yo pienso que no merece la pena meterse en trifulcas con gente así. Así que me he recompuesto y he seguido como si nada, eso sí con un puteo bestial.
Ahora viene lo bueno, he hecho la tercera vuelta y cuando comenzaba la bajada de nuevo, me los he vuelto a encontrar y venían riéndose y jactándose de su hombría, supongo. "Ahora es la mía", he pensado, y venía sorbiendo y tosiendo mocos toda la subida, así que mientras comenzaba la bajada y me acercaba a ellos tranquilamente, he regurgitado como un pollo una considerable cantidad de mucosidad, la he almacenado en la boca y la he mezclado con un buen sorbo de agua. He hecho un buen mix, y justo cuando pasaba por al lado del viejo cabrón, le he escupido toda la mocarrada rebajada, con la buena suerte de que he tenido puntería y le he puesto el pecho y el brazo chorreando.
Luego como una gamberra, a meter piñones y a tirar millas para abajo como si me llevara el diablo, pero con el alma limpia de malos pensamientos.
Ya lo dicen, la venganza se sirve en frío. Y en este caso fría y pegajosa.