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El ciclocrós vasco vivió este domingo una jornada para el recuerdo en Segura. Aitor Hernández (Ermua Innpulso), una de las figuras más emblemáticas del barro, volvió a demostrar que el talento no entiende de edades al proclamarse Campeón de Euskadi por séptima vez en su carrera.
A sus 43 años, el corredor ermuarra ofreció una exhibición de resistencia y técnica en un circuito de dureza extrema. El trazado se presentó como un auténtico desafío de "puro ciclocrós", combinando zonas de barro muy pesado con exigentes rampas de asfalto que pusieron a prueba las fuerzas de todos los participantes.
Un doblete familiar sin precedentes
Más allá de lo deportivo, la jornada tuvo un matiz emocional único para la familia Hernández. Mientras Aitor consolidaba su dominio en la categoría élite, su hijo, Telmo Hernández, lograba la victoria en la categoría cadete de primer año. Este doblete de txapelas en un mismo escenario convierte la cita de Segura en uno de los hitos más especiales en la extensa trayectoria del ciclista de Ermua.
Aitor Hernández, que cierra el año 2025 en un estado de forma envidiable, suma este título a su ya dilatado palmarés, reafirmándose como un referente incombustible de la disciplina.
Declaraciones: «Un día redondo»
Tras cruzar la meta y recibir el calor del público, Aitor no ocultó su emoción por lo vivido en el circuito guipuzcoano:
«Ha sido un día inmejorable, de esos que ocurren pocas veces en la vida. El circuito ha sido durísimo, con barro que hacía mucho daño, pero me he encontrado muy bien. Estoy feliz por mi séptima txapela con 43 años, pero sobre todo emocionado por Telmo. Verle ganar siendo cadete de primer año hace que el día sea redondo. Es un orgullo compartir esta pasión en familia».
Con este triunfo, el "Ermua Innpulso" cierra la temporada autonómica por todo lo alto, dejando claro que el apellido Hernández seguirá dando que hablar en los circuitos de ciclocrós durante mucho tiempo.