Crónica de una aventura: Perdido en Islandia

Hacia un año que rondaba por mi cabeza la posibilidad de ir a Islandia. Era una de esas ideas recurrente que se repetía una y otra vez en mi cabeza, por un lado y otro me llegaban noticias del país, documentales en televisión, personas que quieren ir o amigos de amigos que estuvieron y les encanto. Algo irracional que me empujaba a ir a Islandia sin saber del todo bien donde me metía, para que nos vamos a engañar. Nunca me plantee Islandia como un objetivo fue algo que surgió y que sentí que debía hacer. Siempre me preguntaba que hacia que ciertas personas se lanzasen a recorrer el mundo ya sea a pie o en bicicleta abandonando lo establecido. Pero cuando te ocurre a ti mismo lo comprendes. Ese deseo de recuperar el espíritu viajero, huyendo de la pulsera y el todo incluido, con todas sus comodidades y ataduras para vivir de cerca el contacto con la naturaleza. Muchos piensan en abandonar sus obligaciones pero pocas veces nos lo permitimos aunque sea momentáneamente. Todo el mundo siente una necesidad de huir, pero creo que la aventura no esta en un sitio en concreto sino en el interior de uno mismo. Por mucho que nos empeñemos en buscarlo en los lugares más recónditos. La aventura consiste en ser libre cada día permitiéndote lo que de verdad quieres y diciendo que no a la que no quieres. Lee el especial aquí