CARRETERA Por Iker Lezama

Así fue la Irati Xtrem 2012

Así fue la Irati Xtrem 2012
Viernes a última hora de la tarde apurábamos todos los miembros de la grupeta que acudíamos a la Irati Xtrem para recoger los dorsales y los regalos incluidos en la inscripción en el epicentro de la marcha, Otsagabia.  Desde aquí, el grueso gordo de la expedición (Gorka, Karlos, Zulu y Meabe) junto a sus familias para Jaurrieta, Jonke junto a un amigo de Gernika al camping en autocaravana y un servidor a Isaba.


Ya el sábado amanecía pronto y se vislumbraba que iba a ser un día con climatología muy buena. Desayunar, preparar la maquinaria y a la salida. Llegar y a diferencia de otras marchas que conozco, no tiene nada que ver. Aquí desde primera hora es un pueblo volcado con la marcha que junto a los familiares que nos acompañan crea un ambiente similar al de cualquier feria de renombre con gente de todas las edades apoyando el evento.


Unas fotos de rigor bajo el arco de salida y llegada, me coloco en la misma detrás de los txikis que abrirán la carrera y se da el pistoletazo de salida. Desde el muro, es Endika quién me indica que la Grupeta está delante con la compañía de Javame recién llegado desde Pamplona.

Ya una vez que se retiran los txikis, emprendemos ritmo ligero en posiciones delanteras siendo acompañados por Endika y Karmele en moto durante toda la prueba, lo que es muy de agradecer además que se curraron un reportaje gráfico considerable. El único objetivo del ritmo ligero, es conseguir que las familias de los alojados en Jaurrieta nos vean pasar desde su alojamiento. Una vez conseguido el objetivo, vuelta a la calma y a empezar a disfrutar todos juntos de los paisajes.

Se suceden los puertos con Remendia y Abaurregaina en tan sólo 15 kms. de marcha. Aquí ya empieza a apretar el calor y me animan a deshacerme del chaleco que porto tras el frío del año pasado en mi primera experiencia. Llegamos a la entrada que nos conduce al parque de la Selva de Irati donde es paso obligatorio para poder optar al cronometraje de la crono de Larrau. Por un camino sin asfaltar y lleno de agujeros, se divisa el Muro, rampas de cemento rallado cuyo desnivel hace que haya que apretar como dicen miembros ilustres de la Grupeta, "un huevo contra otro". Una vez logrado superar este, llegamos al primer avituallamiento en la Fábrica de Armas de Orbaitzeta donde se produce el reagrupamiento, Jonke y su amigo incluidos.

Sin tiempo para relajarse, a la salida del mismo avituallamiento toca emprender las rampas de Azpegi donde en su cima las vistas son increibles, dejándonos a todos boquiabiertos de poder disfrutar de ello. Coronamos más o menos juntos, y nos lanzamos hacía un descenso peligroso por la estrechez de la carretera y estado de la misma, cambios de luz y curvas cerradas, lo que hace llegar con las manos doloridas de frenar. Otros, como el amigo de Jonke, Javame, Zulu y Gorka demuestran sus dotes de bajadores. Sin tiempo para relajarse, giro considerable a la derecha, desarrollo y comienzo de Errozate.

Este puerto se convierte en el punto negro de la Grupeta, especialmente para Karlos. En las rampas iniciales, sufre reventón de su rueda trasera el cuál se soluciona con la ayuda de varios miembros. Otros nos relajábamos viendo el paisaje y sacandonos fotos.

4 kms. más arriba, de nuevo sonaba la misma rueda de Karlos y una nueva parada. Algo fallaba en la llanta. Como caído del cielo aparece un buen samaritano en coche con una bomba de pie y unas Coca-Cola que nos tomamos a gusto entre todos. Cuando están hinchando la tercera cámara, vuelve a reventar. Momento en el que se observa que tiene la cubierta una raja. No hay problema cuando Gorka (con Paris-Roubaix entre sus piernas) saca un trozo de cubierta y la ponen de refuerzo interior al más puro estilo McGyver. Asimismo, llega hasta donde nosotros Luis que está juntoa su hermano. Trás aproximadamente 25 minutos, reemprendemos la marcha hacia la cima.

Coronamos y descendemos relajadamente por las difíciles rampas de grava en donde en prácticamente cada curva, nos encontramos a un miembro de la organización pidiendonos tranquilidad. Este año echamos de menos, el ganado vacuno en las cunetas de estas a modo de guardarrailes. Llegada al avituallamiento, reagrupamiento, comer, beber y de nuevo para arriba hasta Surzai Lepoa. Junto a Karlos nos adelantamos un poco, encontrándonos la sorpresa del día con dos pedazos txerris tomando la fresca junto a la carretera. Nuevo descenso para afrontar Bagargi-Irati donde Karlos y yo seguimos en solitario, lo que nos mosquea, momento en el que Endika y Karmele nos informan de un nuevo contratiempo. Esta vez el desafortunado era Javame con un problema del fondo de llanta. Ya reagrupados y con una calorina en el cuerpo considerable por las altas temperaturas, nos dirigimos hacía el último coloso del día. Larrau y su crono. Las fuerzas estaban un poco justas ya.

 

Antes de pasar por la alfombra, desaguar, coger un poco de agua fresca y junto a Ander somos los últimos en pasar por esta. Comenzamos a subir juntos, mientras el resto a excepción de Javame suben a un ritmo más tranquilo. Alcanzamos a Javame, quién se queda rezagado en un primer momento para ser él poco después quienes nos diese alcance. A partir de aquí y aproximadamente en el km.5 parece que mi cuerpo ha dicho basta y pego una petada considerable. No tengo desarrollos que me permitan recuperarme un poco y empiezo a vivir un sufrimiento considerable. Hacen acto de aparición fuertes dolores en una rodilla que me imposibilitan hacer fuerza sobre la bici, e incluso se me pasa por la cabeza echar pie a tierra en un par de ocasiones. Por delante, Ander y Javame. El descanso de Erroimendi, los ánimos de la gente y las ganas de llegar a la cima para ver a los nuestros, especialmente me hacía ilusion ver a mi pequeño vástago que con tan solo dos meses me ha acompañado junto al resto de familia, hacía que no llegase a tal extremo. Finalmente corono con mucho sufrimiento y con peor tiempo que el año pasado, lo que al parecer no ha sido exclusivo mío. Es lo de menos. Las familias nos arropan a medida que vamos llegando unos y otros, mientras intentamos recuperarnos de los esfuerzos.

Ya sólo quedaba descender hacía Otsagabia. Mientras parte de la Grupeta se adelanta, el infortunio se ceba con Karlos y un nuevo reventón, quedándonos Javame, Luis y yo con él. Este cansado por la mala suerte, decide finalizar metiendo la bici en el coche del aita de Ander. Llegada a Otsagabia, ducha con agua fría, un poco de pasta y tortilla de patata facilitada por la organización y regada por cervezita para paliar el sufrimiento del día. Unas cañitas junto a la familia y de retirada a media tarde a descansar un poco.

Aquí mención a mi desafortunada pérdida de las gafas, único punto negro de la marcha para mis intereses.

Y a disfrutar del turismo y gastronomía de la zona en lo que quedaba de fin de semana.

 

Crónica Iker Lezama: http://zalikbiker.jimdo.com/

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