Noticia de ciclismo publicada el a las 09:26h
en la sección de Carretera
El Xacobeo Galicia llegaba en torno a las dos de la tarde a la Plaza del Obradoiro, culminando su recorrido de nueve días por el Camino de Santiago, que había iniciado el pasado 10 de diciembre en la localidad Navarra de Valcarlos, en la frontera con Francia. La última etapa, de 67 kilómetros, era la más corta del recorrido e iba de Palas de Rei a Santiago de Compostela.
Los ciclistas cubrieron el trayecto en cuatro horas, aunque perdieron en tormo a los treinta minutos en la reparación de dos averías a la salida de Arzúa. En ambas ocasiones el perjudicado fue Iván Raña. Para recuperar el tiempo perdido, los corredores apretaron en el tramo final. “En la subida a la Lavacolla, Ezequiel Mosquera nos trajo a cien”, comentaban sus compañeros.
Gustavo Domínguez hizo el recorrido en solitario por delante, porque en esta última etapa “quería probar en que estado de forma me dejaba el Camino de Santiago tras estos nueve días y la verdad es que me he encontrado muy bien”, comentó el porriñés. La última jornada discurrió sobre un itinerario bien conocido por la mayoría de los componentes del equipo y un terreno muy ondulado y surcado por numerosos ríos y arroyos, muy grato para el peregrino.
En el final del trayecto se acumulaban muchas vivencias: el contacto estrecho con los compañeros fuera de la tensión que acarrea la competición, los recuerdos de la nieve del primer día y del viento helado del puerto del Perdón; los barrizales de arcilla en los que se enterró el grupo en el comienzo de la segunda etapa a la salida de Puente la Reina, la lluvia y el frío de Burgos a Carrión de los Condes, la transición fluida entre los páramos palentino y leonés, el temporal del nieve en Mansilla de las Mulas, que obligó a anular la séptima etapa; el espectáculo de nieve y sol en la subida a O Cebreiro, no visto en cuarenta años; la bruma y el “orballo” de octava etapa y el arrullo de ríos y regatos en novena y última, con el colofón de la llegada a la emblemática plaza del Obradoiro. Una experiencia difícil de olvidar.
Álvaro Pino, manager-director del Xacobeo Galicia, iba más lejos y señalaba: “Hemos descubierto una dura pero muy atractiva ruta de invierno del Camino de Santiago, para gente con una buena condición física, que le reportará grandes alicientes y que le permitirá disfrutar de los albergues y de la hostelería del Camino placidamente, sin la masificación del verano. Una ruta que ofrece aspectos poco conocidos y espectaculares del paisaje”.
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