El capitán de ruta de la escuadra dorada explica su esencial papel en el seno del equipo y rememora su buen inicio de campaña, tras el que ya piensa en el Giro
A pesar de vivir en Crodo, una de las zonas más bonitas de la frontera del Piamonte con los cantones suizos de Romandía, el veterano italiano Giampaolo Cheula (Premosello-Chiovenda, 1979) está pasando dos semanas de máxima concentración en otras montañas, las colombianas, donde siempre se siente bien acogido. Cinco victorias adornan la trayectoria profesional de este todoterreno, al que la confianza de algunos de los más grandes directores deportivos del inicio de siglo le ha permitido desarrollar una gran carrera deportiva. Podio ya este año con su tercer lugar en el accidentado GP di Lugano, el transalpino sueña con hacer un buen papel en el Giro d’Italia, pero valora igualmente su verdadero trabajo en FOOTON-SERVETTO-FUJI: cuidar de la camada de jóvenes cachorros dirigida por Mauro Gianetti y Joxean Fernández Matxin.
El capitán de ruta de la escuadra dorada explica su esencial papel en el seno del equipo y rememora su buen inicio de campaña, tras el que ya piensa en el Giro
GIAMPAOLO CHEULA: “AYUDAR A LOS JÓVENES ES LO QUE AHORA ME MOTIVA” A pesar de vivir en Crodo, una de las zonas más bonitas de la frontera del Piamonte con los cantones suizos de Romandía, el veterano italiano Giampaolo Cheula (Premosello-Chiovenda, 1979) está pasando dos semanas de máxima concentración en otras montañas, las colombianas, donde siempre se siente bien acogido. Cinco victorias adornan la trayectoria profesional de este todoterreno, al que la confianza de algunos de los más grandes directores deportivos del inicio de siglo le ha permitido desarrollar una gran carrera deportiva. Podio ya este año con su tercer lugar en el accidentado GP di Lugano, el transalpino sueña con hacer un buen papel en el Giro d’Italia, pero valora igualmente su verdadero trabajo en FOOTON-SERVETTO-FUJI: cuidar de la camada de jóvenes cachorros dirigida por Mauro Gianetti y Joxean Fernández Matxin.
- Hace sólo un mes y medio que comenzaste tu décima campaña como corredor profesional. Después de varios años en Barloworld, ¿qué fue tan especial en la atmósfera que rodeaba a FOOTON-SERVETTO-FUJI para fichar por el equipo?
- Es así, mi décima temporada como profesional y puedo decir que he pasado por muchas escuadras, desde la gloriosa Mapei -en la que ya coincidí con Matxin y otros miembros del equipo- hasta la Vini Caldirola, pasando por la Barloworld, en la que entré hace ya seis años. Pero jamás me ha ocurrido lo que he visto este año: nunca encontré un equipo con tantos jóvenes con ganas de demostrar lo que valen y de estar siempre atentos para aprender. El ambiente es muy bueno, relajado, con poco estrés. Me viene a la mente, sobre todo, el trabajo que hicimos en Santander en Diciembre, donde pasamos todos por varios cursos de motivación organizados por el equipo, en los que teníamos que hacer cosas muy curiosas como caminar sobre el fuego, romper una flecha o doblar una barra de hierro. Los directores han creado un grupo compacto, muy unido, y esto es lo que verdaderamente se ve cuando llegan las carreras: somos uno para todos y todos para uno.
- ¿Es sencillo para un corredor que tan sólo acaba de cumplir los 30 años transformarse en maestro de tantos jóvenes en el equipo? ¿Se hace raro estar entre gente que ha admirado incluso a otros ídolos?
- Cuando Mauro Gianetti contactó conmigo en Septiembre y me presentó su nuevo proyecto de equipo, basado en los jóvenes y en mi persona como modelo de experiencia que podía ayudar a todos estos chicos, me sentí verdaderamente contento por dos razones: en primer lugar, porque realmente estaba orgulloso de que Mauro me hubiese elegido entre tantos corredores; yo no soy un ciclista que consiga muchas victorias, y por eso me sentía feliz de que hubiese sabido apreciar mi trabajo, no sólo en el aspecto deportivo sino también como persona. Y también, porque trabajar con jóvenes es una gran motivación, igual da por lo que puedo darles a ellos que por la satisfacción que obtengo para mí. Me parece estar volviendo atrás en el tiempo, cuando estaba en Mapei: yo tenía 20 años y veía a los más grandes corredores de la época pasar junto a mí . En esos momentos trataba de aprender cada mínimo detalle sobre su forma de correr y su carácter y ahora soy yo quien busca ayudar a estos chicos en carrera . Es lo que más me satisface ahora mismo en el ciclismo.
- Tu tercer puesto en Lugano fue un impulso moral para todo el equipo, en una carrera con unas condiciones terribles. ¿Qué motiva a un corredor a seguir adelante, y que te faltó para poder ganar?
- Realmente fue una carrera complicada, con mucho frío desde el inicio y ritmo muy alto desde los primeros kilómetros. El equipo corrió muy bien, intentamos dar buena imagen en casa, delante de nuestros sponsors principales, con lo que la motivación era muy alta. Yo estaba pasando por un gran momento de forma, y ya había cogido un buen punto de moral para el GP dell'Insubria del sábado anterior, donde corría delante de toda mi gente. Pero aquel día, en la última subida, ví que podía resistir el ataque de Bertagnolli. Seguimos hacia delante y otros cuatro corredores se nos unieron en la bajada, a falta de 3 kilómetros para meta. Realmente no puedo recriminarme nada a mí mismo: los dos corredores que me pasaron en la llegada eran seguramente más rápidos que yo. Personalmente, me encuentro satisfecho con el tercer puesto y de cómo corrió toda la escuadra ese día, obteniendo también el quinto puesto con Capelli.
- ¿Cuáles son tus próximas carreras? ¿Es posible repetir los grandes éxitos del pasado vestido de negro y oro?
- Actualmente, y en vista de que tenía unos 35 días sin competición, estoy realizando entrenamientos de calidad en Colombia, en los 2.500 metros de altura de Duitama. Cuando regrese a Europa, competiré en el GP Miguel Indurain (3 de abril), y después haremos dos carreras duras con la Vuelta a Turquía (11-18 de abril) y la Vuelta a Asturias (28 de abril-2 de mayo), que deberían ayudarme a coger un buen punto de forma con vistas a llegar al máximo al Giro d'Italia.