Noticia de ciclismo publicada el a las 14:48h
en la sección de MTB
Nueva crónica sobre la andanzas del equipo balear en el Tour de Francia
Vaya paliza nos hemos dado para pasar de Francia a Alemania. 228 kilómetros. Nada, un paseito de 5 horas y media. Menos mal que los alemanes adoran el ciclismo y las carreteras estaban plagadas de miles y miles de aficionados que nos han dado su calor y su afecto. Y como en el Team Illes Balears – Caisse d’Epargne tenemos a uno de los corredores alemanes más conocidos, Daniel Becke, campeón olímpico, pues en cierto modo, estamos como en casa. Porque por Alemania discurrirán las etapas del fin de semana. Y qué etapas. Cómo haya más gente que hoy, no sé por dónde vamos a pasar. Qué espectáculo tan bonito.
Dirían los especialistas que el verdadero Tour empieza mañana con la llegada de la montaña. Je, je. Que se lo pregunten a Chente García y a todo lo que “ha currado” estos días. Sin ir más lejos, hoy mismo después de la caída de Paco Mancebo (el papá de Paula, nuestra protagonista de ayer) que se ha ido al suelo empujado por un compañero de equipo (madre mía, la que hemos estado a punto de liar) al paso por una vía de tren. Igual es que ya alguno quería coger el TGV y volver a casa a toda pastilla, en vista de la que se nos viene encima. Pues eso, que hoy el Team Illes Balears – Caisse d’Epargne se ha tenido que emplear a fondo para devolver a Mancebo al
pelotón. Seguro que hasta Paula se mordía las uñas en la cuna. Pero hemos “chupado” cámara un buen rato. No hay mal que por bien no venga. Como diría Chente “a quienes opinan eso yo les dejaría mi bicicleta y que hagan los últimos kilómetros de cada etapa”. Y es que llevamos ya más de 1.000 kilómetros de Tour.
Quedan 2.500. Hay coches que a estas alturas ya tendrían el motor gripado. Y hasta el chasis. Pero para caídas, Isaac Gálvez. Estaba metido de lleno en el sprint. Ha pasado bajo la bandera de último kilómetro el décimo. Arranca el sprint por la derecha, Gálvez se abre, hueco para pasar, se coloca sexto, 60 por hora, adrenalina en el aire, el pulso a mil por hora. Puede ser su día. Desde el autobús empujamos todos. McEwen por las vallas, Boonen por atrás, vía libre para el de Vilanova i la Geltrú. Pero en estas aparece un australiano, Allan Davis, se cruza de izquierda a derecha, toca la rueda de Gálvez y lo manda al suelo como Tyson mandaba al suelo a sus rivales. De un golpe seco y directo. A eso se le llama en el argot ciclista “hacer el afilador”. Se nos ocurre otra expresión. Al ver llegar a Isaac al autobús, recuperamos el pulso.
También se nos han caído Chente, Arrieta, Becke y Valverde. Por caerse, se nos ha caído al suelo hasta el bocadillo de queso del almuerzo. El doctor, Jesús Hoyos, va a tener hoy trabajo para dar y tomar. No por el bocadillo, que ya está en el buche. Menos mal que este sabado empieza el Tour. San Fermín nos guíe.
Islas Baleares/Press Office
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