.jpg)
“Es el año en que siempre tenemos que poner disculpas”. A pesar de que las sensaciones de Javier Ruiz de Larrinaga (MMR-Spiuk) en la séptima prueba de Copa del Mundo en Liévin (Francia) han vuelto a ser “muy buenas, las mismas que en el Campeonato de España”, el resultado nuevamente ha dejado desatendido al alavés, 38º a poco más de cuatro minutos del campeón del mundo Zdenek Stybar y cortado por cuestión de unos pocos metros del grupo en el que entraba el nuevo campeón de España Isaac Suárez.
“He tenido una caída nada más salir que me ha retrasado hasta el puesto 57”, explicaba el de Amezaga, “prácticamente atrás del todo, y que me ha obligado a cambiar de bici porque llevaba el sillín casi del revés. El circuito era completamente distinto a lo que vimos ayer en el entrenamiento, ya que el frío de anoche y el deshielo de esta mañana lo ha hecho más peligroso, y sí que he visto varias caídas en carrera. Era una prueba de coger grupos e ir progresando en ellos; si te ocurre como a mí, que me he quedado solo y a unos pocos segundos de llegar al grupo de Isaac, acabas sufriendo más. En ese sentido, he acusado un poco el esfuerzo en las dos últimas vueltas, pero como digo, me voy contento aunque algo fastidiado porque siempre hay una excusa que dar por delante”.
Larrinaga, que viajará mañana en avión desde Bélgica -buena parte de su material quedará instalado en tierras flamencas para este cierre de temporada- hacia Euskadi, seguirá entrenando con algo menos de intensidad que en semanas anteriores para pensar en el cierre de la Copa del Mundo en Hoogerheide (domingo, 22) y en un Mundial de Koksijde para el que podría ser confirmado por el seleccionador José Luis de Santos en los próximos días. “Será una semana más tranquila pero algo más fuerte que la de antes del Mundial. Espero seguir yendo para arriba y, sobre todo, tener algo de suerte por una vez en Holanda. Nos vamos a centrar en ello, en el Mundial si lo corremos, y después ya habrá tiempo de descansar y dejar atrás esta temporada”.