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La otra cara de la maratón

La otra cara de la maratón
Los 80 kilómetros de Sierra Morena que no pesan en las piernas y la satisfacción de superarse a sí mismo A las ocho de la mañana llegaban los más madrugadores a las instalaciones deportivas de El Fontanar para recoger su dorsal e ir respirando el ambiente festivo que se ha vivido en este día de ciclismo. Poco tardaban en formarse las colas, aunque todo ha marchado con una puntualidad digna del mejor reloj suizo. A las 9.30 de la mañana se daba el pistoletazo de salida para el recorrido neutralizado y a las 10.00, después de un paseo por la ciudad, los bikers se adentraban en la sierra córdoba. Si encabeza de carrera todo era apretar el ritmo y tirar para delante para hacer el menor tiempo posible, por atrás la cosa cambiaba, aunque no sin competitividad. Muchos de los más de 1.000 participantes se lo tomaban con tranquilidad, conocedores de sus limitaciones, han hecho caso de su sentido común y han aprovecha este día para disfrutar de la carrera y de la sierra cordobesa, con la única intención de terminarla, todo un reto para muchos de ellos. Más de siete horas han tardado algunos en terminar la prueba y así y todo cruzaban la línea de meta con una sonrisa, con la satisfacción superar un reto más duro de lo esperado para algunos. Unos llegaban haciendo el caballito, otros cogidos de la mano con sus compañeros de fatigas en este día, y otros no han dudado ni un solo momento en alzar los brazos en señal de victoria, aunque por delante ya hubiesen entrado muchos de los que tomaron la salida en El Fontanar. Entre risas y jadeos iban comentando como les había ido la cosa, y entre todas las conversaciones dos temas eran comunes en todas. El primero, la dureza del recorrido, superior a la del año pasado, pero según el segundo tema, merece la pena por la belleza del paisaje. Y aunque para muchos parezca una locura eso de montarse en una bici para hacer 80 kilómetros, los valientes que han participado en la II maratón MTB Sierra Morena ha sido pura diversión. La relajación de todos al cruzar la línea de meta contrastaba con la tensión que se vivía en la organización, pendiente siempre de que todo estuviera en perfectas condiciones. Con la llegada de los primeros esta tensión se iba disipando, ya que todos los participantes manifestaban lo bien que se lo habían pasado y que no habían tenido ningún problema a la hora de seguir el recorrido. El éxito de esta parte hay que dársela, porque al césar lo que es del césar, al club Agacha El Lomo, que han sido los encargados de señalizarlo, y a los voluntarios del C. D. Ciclos Cabello, que han hecho un excelente trabajo contrarreloj, debido al adelanto con el que se estaba disputando la carrera. Voluntarios que unos han tenido más suerte que otros. Unos por el punto en el que les ha tocado, ni siquiera han podido comer hasta bien entrada la tarde, nada más que los bocadillos preparados por la organización. Otros, sin embargo, han sido agasajados por los vecinos de las parcelas limítrofes con el punto kilométrico en el que estaban destinados. Un detalle que hay que agradecer. e-Bici

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