Las previsiones se cumplieron y Lleida vivió un sprint masivo al término de la duodécima etapa de la Vuelta. El desenlace, con Matthew Goss sirviendo en bandeja el triunfo a Mark Cavendish, impidió seguir un duelo más cerrado entre el británico y sus teóricos rivales, sobre todo el norteamericano Tyler Farrar.
La etapa siguió el guión de otras jornadas y muy pronto se formó la escapada del día, primero formada por seis corredores y después por nueve. Xacobeo-Galicia no se conformó con tener a un hombre en la fuga y apuró sus opciones en la subida a Boixols para filtrar hasta a tres corredores en una escapada que, sin embargo, nunca tuvo más de tres minutos y medio. El grupo lo integraban Pérrig Quemeneur, Marco Marzano, Markus Eichler, Antonio Piedra, Lars Ytting Bak, Biel Kadri y los tres gallegos: David García, Gustavo César Veloso y Gustavo Rodríguez.
Grupo numeroso por delante y trabajo constante en cabeza del pelotón. Garmin, Quick Step y Footon-Servetto controlaron la escapada en todo momento, dando caza a veinte kilómetros de meta. El sprint ya era inevitable.
Victoria de todo el equipo
A Mark Cavendish se le había resistido la victoria en esta Vuelta. Hasta hoy en Lleida. El británico sucede así a su compatriota Malcolm Elliott, el último en levantar los brazos en esta ciudad hacía ya veintiún años. El británico tiene mucho que agradecer a sus compañeros, los auténticos culpables de que el engranaje táctico de HTC-Columbia haya funcionado a la perfección.
Cada vez que el equipo de Bob Stapleton planteaba una posible victoria de Cavendish, surgía el mismo problema: los corredores llegaban fundidos a los últimos kilómetros, después de tener que echar abajo la escapada de la jornada. Ciclistas como Matthew Goss se veían obligados a ofrecer relevos a demasiados kilómetros de meta. El resultado era que Cavendish no tenía compañeros en la parte decisiva, lanzando el sprint demasiado pronto y viéndose superado en los últimos metros por otros corredores más frescos y sin la responsabilidad de ser el principal favorito a la victoria.
La solución a este problema radicaba en filtrar a un hombre en la escapada, para así no dar relevos y llegar más enteros a la parte final. Ha sido el danés Lars Ytting Bak, un ciclista por otro lado muy sólido y capaz de luchar por la victoria si aparece la oportunidad, el que ha permitido a sus compañeros de equipo disfrutar de un día más plácido que el que han tenido los ciclistas de Garmin, Quick Step o Footon.
Por si esto fuera poco, Matthew Harley Goss ha trazado con destreza la última curva y ha dejado en solitario a Mark Cavendish, quien apenas ha tenido que sprintar para apuntarse su primera victoria en esta Vuelta. HTC-Columbia ya se llevó la crono por equipos, pero en Lleida ha sumado su segunda victoria colectiva.