El ciclista muleño del Rabobank Luis León Sánchez se ha adjudicado la trigésimo segunda edición de la Clásica San Sebastián, que ya ganó en 2010, tras un ataque inteligente a diez kilómetros para el final.
El murciano adorna de esta manera todavía más un palmarés sobresaliente, en el que este año destaca también la victoria en la primera etapa pirenaica en el Tour de Francia, que contrarrestó la decepción de la contrarreloj olímpica.
La Clásica de San Sebastián reunía para la ocasión a un grupo de lujo en el que destacaban presencias ilustres como los últimos medallistas olímpicos, Alexander Vinokourov y Rigoberto Urán, o el jefe de filas del Euskaltel, Samuel Sánchez, además de corredores que ultiman su preparación para la Vuelta a España.
La prueba ha mantenido un guión similar al de anteriores ediciones, con una larga escapada gestada en los kilómetros iniciales por parte de Palomares y Aramendia, controlada por el pelotón a pesar de que ambos corredores llegaron a alcanzar casi once minutos de ventaja.
Esta representación de los en teoría, dos equipos más débiles invitados por la organización, Andalucía y Caja Rural, ha sido el principal aliciente en las primeras horas de una carrera que ha tenido en el calor un ingrediente que se ha sumado al sinuoso perfil de las carreteras del territorio guipuzcoano.
El Katusha, a la altura de la localidad de Zumarraga, ha decidido poner orden y ha comenzado a hacer decrecer las rentas porque el líder del equipo, Joaquim "Purito" Rodríguez, partía con opciones de triunfo en un trazado que le va como anillo al dedo.
Antes del primero de los dos pasos por el alto de Jaizkibel Palomares y Aramendia fueron cazados y empezó una nueva carrera en la que el Movistar se mostró muy activo.
Después de sucesivos intentos, a quince kilómetros para el final, se formó un grupo de tres corredores, todos segundos espadas, y el pelotón decidió que era el momento decisivo, de forma que, comandado por Purito Rodríguez y Alejandro Valverde, alcanzó a los fugados para disputarse un selecto grupo el triunfo en las inmediaciones de San Sebastián.
Luis León Sánchez lanzó su ataque a diez kilómetros para el final con el objetivo de abandonar incómodas compañías para la disputa de la victoria y tomó unos metros y una mínima renta de diez segundos para afrontar el alto de Miracruz y buscar la línea de meta.