El día que Joaquim Rodríguez ganó en la meta de Offida la penúltima etapa de la Tirreno-Adriático, estaba contento, muy contento. Como niño con zapatos nuevos. De hecho, el día anterior había estrenado nuevas zapatillas. Con ellas ganó en esta dura subida a Nibali, Di Luca y demás los ilustres de la carrera. Las mismas zapatillas que iban a provocarle después una tendinitis en el tendón de Aquiles, de la que se recupera en la concentración que mantiene junto con su compañero de equipo Dani Moreno en un hotel del Teide.
"Tenía las zapatillas muy viejas y decidí cambiarlas por unas nuevas. Ha sido un error. De sobra sé que nunca debes hacerlo en plena carrera, porque a veces un ligero cambio en la posición de la cala puede ocasionar estos problemas, pero caí en la tentación y ahora no hay marcha atrás", se lamenta el corredor del Katusha desde su refugio canario.
"Aquí estoy, con Dani y con mi masajista, que me está tratando con el tratamiento de fisioterapia de Indiba, que es lo más aconsejable para estos casos. Espero recuperarme pronto y que no vaya a más", dice Purito, quien ha permanecido tres días en reposo, sin montar en la bici, sometiéndose a las sesiones y a las sabias y expertas manos de Jaime Hernández.
"Noté las primeras molestias en la última etapa de la Tirreno, al día siguiente de mi victoria. Afortunadamente he parado a tiempo y no creo que la lesión sea muy seria. Espero poder recuperar y estar en perfectas condiciones para mis próximas citas, el GP Miguel Indurain y la Vuelta al país Vasco", concluye el ciclista catalán.
Purito Rodríguez, que debutó este año en una de las pruebas de la Challenge de Mallorca, ha disputado el Tour de Omán, donde terminó séptimo, y la Tirreno-Adriático, donde concluyó sexto tras ganar la sexta etapa con final en Offida.