El deportista alegre, ilusionado y muy esperanzado con poder hacer algo grande en la capital húngara. Según sus propias palabras, y las de su entrenador, se encuentra en un estado de forma magnífico, y las sensaciones son buenas, muy buenas.
Un Campeonato que ha dado muchas vueltas, ha sido un Mundial que empezó de una manera muy complicada, con una lesión en Australia. Tras el plan de entrenamiento allí mismo, y comprobar que la forma de Javi era excepcional, 15 días antes de la Serie Mundial una inoportuna molestia en la cadera le privó de participar en esa prueba. En la siguiente cita, con la recuperación de por medio y habiendo entrenado durante sólo una semana, Javi consiguió llegar el 12º, un digno puesto tras haber tenido sólo 4 sesiones de carrera a pie.
A partir de ahí el dolor desapareció y el entrenamiento hizo el resto. Desde ese instante y con una tendencia claramente ascendente (4º en Madrid, 2º en el Europeo, 1º en Londres, 1º en Hamburgo, 2º en Kitzbühel) el deportista se encuentra con una moral muy alta, con ganas de traerse para España el Campeonato del Mundo. Los entrenamientos no engañan y dicen que se encuentra en su mejor momento de la temporada, pero como Javi nos dijo. “Yo haré lo que pueda, estoy muy mentalizado, concentrado, al 100%. Pero, todo puede pasar”.
Budapest acoge la séptima y última prueba del nuevo Mundial por etapas y adonde el gallego llega segundo en la general, con dos victorias (Hamburgo y Londres) y un segundo puesto (en Kitzbuehel, Austria). Gómez Noya, que será de nuevo campeón del mundo -entre otras posibilidades- si gana la carrera y el alemán Jan Frodeno, campeón olímpico en Pekín, no entra en el podio.