Vuelta 2005: La llegada a Vinarós sorprendió a muchos
Noticia de ciclismo publicada el a las 18:21h
en la sección de Carretera
Max Van Heeswijk se adjudicó la etapa en la llegada masiva
La organización de esta 60ª Vuelta a España tenía preparada una maravillosa emboscada a los equipos en el final de esta séptima etapa. Las carreteras de aproximación a Vinarós ofrecieron preciosas imágenes de los ciclistas luchando por meterse en las primeras posiciones de la carrera. Por un lado, los interesados en ganar la etapa y por otro los favoritos para la general, que no querían quedarse rezagados ante el peligro de una caída.
Ha sido esta una de las etapas más lentas de la presente edición de la Vuelta. Ha sido una de esas jornadas llamadas ‘de transición’ entre un durísimo primer contacto con la montaña ayer en Valdelinares y la contra reloj del próximo domingo en Lloret de Mar, una etapa a la que todos tienen mucho respeto.
Se ha salido de Teruel con varios ataques en el pelotón, pero no de la misma manera que en días anteriores. La Fraçaise des Jeux ya no necesitaba defender el liderato de Bradley McGee y la forma de trabajo en esa tarea de Liberty Seguros ha sido completamente distinta. Los de Manolo Sáiz tienen claro que cuentan con un líder sólido y que no necesitan saltar detrás de cada rueda que se mueva.
Por eso se ha permitido una fuga numerosa desde los primeros momentos de la jornada. Con cuatro puertos de montaña de por medio y una segunda mitad de etapa en la que el terreno era favorable a los intereses del pelotón, el equipo del Jersey Oro no necesitaba quemar sus naves tan pronto. Además, una vez salvadas las dificultades montañosas, los equipos con velocistas serían los primeros interesados en controlar la carrera. Y así fue. Fassa Bortolo apenas tardó unos kilómetros desde el fin del descenso del Alto de Cuarto Pelado para tomar el mando del pelotón.
Las cosas, sin embargo, se iban a complicar mucho en los últimos 15 kilómetros, y daba la impresión de que sólo Liberty Seguros e Illes Balears lo sabían. Los dos conjuntos luchaban por meter a sus líderes, Roberto Heras y Paco Mancebo, en lugares seguros en una carretera estrecha y con mal firme que podía provocar alguna caída.
El Campeón Olímpico Paolo Bettini se vio, de repente, en un terreno muy favorable a su estilo de correr… nervioso y espectacular. El Grillo tomó unos segundos de ventaja a falta de seis kilómetros para la llegada, pero por detrás la carrera iba lanzada y poco podía hacer el de Quick Step ante esa situación.
En cabeza todos se miraban. Volaban a más de 60 kilómetros por hora hacia la meta y algo fallaba. El anfitrión de la fiesta, el Fassa Bortolo, no estaba. ¿Qué habría ocurrido? Pues sencillamente que su líder, Alessandro Petacchi, había sufrido un pinchazo y decía adiós a todas sus posibilidades. Hubiese sido un gran momento para Flecha de haber ocurrido un poco antes, pero ahora ya era tarde.
Los rivales del italiano salieron pronto de su asombro. Había cosas más importantes que hacer que llevarse las manos a la cabeza ante la ausencia de Petacchi. El sprint fue raro. Inseguro. Incluso daba la sensación de que nadie estaba en el sitio que quería. Sólo Steels, muy bien colocado a rueda. Pero el belga ya no es el mismo que hace diez años, cuando ganaba en la Vuelta y en el Tour con una pierna. Zabel también lo probó, pero sus fuerzas no son las de antaño. Se tuvo que conformar el gran teutón con la segunda plaza por detrás de un Max Van Heeswijk pletórico.
Roberto Heras continúa siendo el líder una jornada más, mientras que en la general de la montaña Eladio Jiménez toma el relevo de Joaquín Rodríguez.
Nicolás Van Looy
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