“La salida ha sido muy rápida y hacía un viento de cara impresionante, lo que ha hecho que se tardara bastante tiempo en hacerse la escapada del día. Por lo demás ha sido una etapa dura, quebrada en su orografía, en la que hemos tenido muchísimo calor. El pelotón ha decidido tomárselo con tranqulidad, con lo que dentro de su dureza, ha sido un día bastante llevadero”, añade Sastre.
Un día, en suma, de tregua de cara a las próximas etapas. “Mañana tenemos una etapa más o menos tranquila y luego nos encontraremos de nuevo con la montaña”, concluye el vencedor del Tour 2008.
Foto: Tim de Waele