CARRETERA

Histórico liderazgo en la Vuelta para Egoi Martinez

Histórico liderazgo en la Vuelta para Egoi Martinez
La novena etapa de la 63ª edición de la Vuelta a España pasará a la historia del equipo ciclista Euskaltel Euskadi. En esa fecha, 8 de septiembre de 2008, uno de sus ciclistas vistió por primera vez el maillot de líder de una gran vuelta. El honor fue para Egoi Martínez tras una jornada en la que, con la ayuda de su compañero Alan Pérez, luchó lo indecible por conquistar la preciada prenda. Egoi y Alan se filtraron en una fuga de doce corredores en la que pusieron toda su fuerza e ilusión en busca del maillot oro. Egoi Martínez se vistió con el maillot oro de líder al término de la novena etapa de la Vuelta, la que salía de los Pirineos con un recorrido de 200 kilómetros entre Vielha y Sabiñánigo. Después de la medalla de oro de Samuel Sánchez en Pekín, la fiesta volvió a Euskaltel Euskadi con otro hito histórico: el primer maillot de líder en una de las carreras grandes. Esta vez a cargo del navarro Egoi Martínez, de 30 años, corredor que vive "un momento dulce cada dos años". Ese instante tuvo suspense, ya que después de triunfar la escapada del día, el pelotón debía llegar a más de 6 minutos para alcanzar el liderato. Greg Van Avermaet ganó el esprint entre los 12 fugados del día. Fue el más veloz en la línea de meta de Sabiñánigo, "La puerta del Pirineo", por delante de Davide Rebellin y Juan Antonio Flecha, todos con un tiempo de 4h.57.21. Con el reloj a cero, a contar segundo a segundo y a sufrir. Era el precio del mayor premio de su carrera desde que debutó en 2002. El Astana no se dejó la piel en la caza de los escapados, ni el Caisse D'Epargne. Al final el pelotón terminó la jornada laboral a 6.45 minutos. Lo consiguió Egoi, el corredor que estrenó su palmarés de etapas en Burgos (2006). "Vestir el jersey oro es un sueño, algo muy grande", repetía el navarro de Etxarri Aranatz. Otra fiesta naranja en la capital de Alto Gállego, la segunda en menos de un mes. La primera tuvo el color oro de la medalla de Samuel Sánchez, la segunda impregnó el mismo color en el jersey de Egoi Martínez. El navarro se convirtió en el séptimo líder de la Vuelta desde su comienzo en Granada. El estadounidense Levi Leipheimer (Astana) pasó a la segunda plaza, a 11 segundos, y su compañero Alberto Contador a la tercera, a 32. Igor Antón, Valverde y Sastre retrocedieron un puesto sin perder tiempo. Una etapa "pestosa", como se dice en el argot ciclista, con múltiples ataques de salida. No importó que la carrera se lanzara cuesta arriba hacia el Alto del Túnel de Viella, ni que esperasen por delante 200 kilómetros con cuatro puertos, ni que se tratase de un rompepiernas en continuo sube y baja. El Alto de la Espina (2a) seleccionó una docena de corredores, entre ellos Egoi Martínez y Alan Pérez, Xabier Zandio (Caisse D'Epargne), Juan Antonio Flecha (Rabobank), David Moncoutiè (Cofidis), Damiano Cunego (Lampre) y Davide Rebellin (Gerolsteiner). Moncoutié se aseguró el jersey de la montaña al coronar al frente los puertos de la Espina (2a), La Foradada (3a) y Serrablo (1a). Por esta última cima la fuga pasó con más de 6 minutos en el zurrón. Después un descenso largo, eterno, en un bosque de un millón de curvas, la fuga entró en el término de Sabiñánigo en tiempo de cambiar de líder. Ya no hubo tregua. Quedaban 15 kilómetros. Alan Pérez, el segundo hombre del Euskaltel Euskadi en la escapada, sacrificó sus posibilidades de ganar la etapa por ayudar a su compañero. Se dejó la piel hasta que el propio Egoi Martínez tomó el mando en una contrarreloj hasta meta. Se los llevó a todos a rueda, hasta el esprint, donde arrancó Cunego por la derecha con ansias de demostrar que está en la Vuelta. Pero apareció un atrevido joven belga del Silence para birlar la victoria a hombres tan experimentados como Davide Rebelin. El chaval logró la cuarta victoria de su palmarés, la segunda de la temporada. Empezaba el dulce calvario de Egoi Martínez. Los seis minutos hasta la gloria. Mereció la pena la espera a cambio de un chaparrón de felicidad. La décima etapa entre Sabiñánigo y Zaragoza tendrá 151 kilómetros. Los velocistas deben volver a demostrar sus habilidades. Koldo Fernández de Larrea tendrá una nueva oportunidad para demostrar su punta de velocidad.

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