Alberto Contador resolvió sin problemas los últimos kilómetros de la etapa de hoy, en la que el viento incrementó el riesgo de cortes y de posibles caídas entre los favoritos. “Parecía un día bastante tranquilo a priori, pero al final ha habido viento y, aunque no ha pasado nada, la tensión ha estado ahí”, dijo el líder de Astana.
Mañana la tranquilidad de los dos últimos días terminará con la llegada a Mende, una etapa mítica en el Tour de Francia y donde Contador ganó en la pasa París-Niza. “Es una etapa que me gusta. Pero en lo que pienso ahora es en la general. Habrá que ver los movimientos que haya y en función de ellos actuaré una manera o de otra”.
Lo que es seguro es que de su victoria en París-Niza, a pocos grados sobre cero, al mes de julio, con unas previsiones en torno a 30º C, las condiciones serán muy diferentes. “No tendrá nada que ver. La subida será totalmente diferente, entre otras cosas por los días de desgaste que llevamos en este Tour”, dijo Alberto. “Primero habrá que ver cómo nos encontramos y luego lo que podemos hacer”.
Lo que no quiso adelantar es si mañana se asistirá al próximo capítulo del duelo entre Contador y Schleck. “Puede ser”, dijo simplemente.
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Tour de Francia: Alberto Contador ya piensa en amarillo

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