Por fin llegó la etapa del pavés, se había hablado más de este día que de los temibles colosos que se tendrán que ascender en Pirineos, pero es que los adoquines asustaban al más pintado y se ayer comprobamos por qué.
En la salida nervios, los corredores se miraban unos a otros y comparaban los vendajes, golpes en rodillas, codos, rozaduras, hasta siete corredores del Astana se habían caído en la jornada anterior y quedaba lo peor; 213 kilómetros y el temido pavés.
Tras los primeros escarceos con el intento de fuga de la jornada incluido, el pelotón se acercaba a Hollain y comenzaron las hostilidades, el Saxo Bank tiraba junto al Cerveló. Cunego y Freire eran de los primeros en probar el suelo y Frank Schleck se vería obligado a abandonar tras fracturarse la clavícula.
El pelotón se rompía en 1000 pedazos y en esta ocasión no habría piedad. Andy Schleck tiraba para delante mientras que Contador luchaba por engancharse con Armstrong. Cuando lo consiguió vimos una imagen insólita, el tejano pinchaba y sin equipo y en tierra de nadie, tiraba de casta para no perder más de lo imprescindible, al final cerca de dos minutos con Schleck y uno con contador.
en la lucha por la etapa, Cancellara tiraba como un cohete; doble objetivo para el suizo, liderato y etapa al final sólo pudo ser el primero, el maillot para el helvético y la etapa para Thor Hushovd, compañero de equipo de Carlos Sastre.