Dani Moreno, uno de los cuatro españoles que disputan el Giro de Italia, junto con Arroyo, Sastre y Lastras, buscó hoy su día de gloria y, aunque lo tuvo cerca, al final sólo pudo ser cuarto en la empinada meta de Peio Terme.
“Ha sido una pena, porque el final de esta etapa era ideal para mí. Estoy seguro de que de haber enlazado con los tres de cabeza les hubiera podido ganar en esa subida”, comenta el madrileño del equipo belga Omega Pharma-Lotto.
Moreno, que tenía esta etapa entre ceja y ceja, se metió en la escapada del día y fue de los más activos en ella. Incluso atacó varias veces para intentar marcharse en solitario en los últimos kilómetros. “Fue después de un ataque mío cuando se fueron por delante Hondo, Monier y Kruijswijk y me pilló un poco asfixiado. Cuando me recuperé un poco salté para conectar con ellos, pero era un falso llano y soplaba un fuerte viento de cara. Demasiado para un corredor solo. Además vi que por detrás se habían organizado y era inútil seguir en esa posición intermedia”, añade.
El ciclista de Arroyomolinos piensa que en lo que queda “no será fácil conseguir el objetivo, porque mañana controlarán los sprinters y las otras etapas que quedan van a disputarlas los ‘capos’. Pero yo me encuentro cada día mejor y si hay oportunidad no voy a desaprovecharla”, asegura.
En cualquier caso, su objetivo principal en este Giro era coger un buen punto de forma de cara al Tour. “Después de las clásicas descansé quince días y llegué a la salida corto de forma. Al principio tuve mala suerte, sobre todo los dos días de Holanda. La primera etapa me vi envuelto en una caída y perdí un minuto. En la segunda pinché cuando el abanico de los Astana y me metieron otros ocho minutos. Luego tampoco me metí en la escapada de los 56…, así que mis opciones en la general se esfumaron pronto. Sin embargo en las etapas de montaña apenas he perdido tiempo y cada día me encuentro mejor.”, concluye Dani Moreno.